La misión de Perseo
Tiempo después, Perseo, un semidiós hijo de Zeus, recibió una misión casi imposible: ir en busca de Medusa y cortarle la cabeza. ¡Imagínate lo peligroso que era esto! Si miraba a la gorgona a los ojos, se convertiría en piedra al instante.
Para ayudarlo en esta aventura arriesgada, varios dioses le dieron regalos mágicos. Hermes le dio sandalias con alas y una hoz súper afilada. Hades le entregó un casco de invisibilidad, y Atenea un escudo de bronce pulido como un espejo.
Perseo descubrió que Medusa se escondía en una cueva en África junto con sus hermanas. Cuando llegó, las tres gorgonas estaban dormidas, así que debía acercarse en silencio usando las sandalias voladoras sin despertarlas.
Estrategia inteligente: Perseo usó el escudo como espejo para ver el reflejo de Medusa y atacarla sin mirarla directamente. ¡Una solución genial para un problema mortal!