El comienzo de la desgracia
Todo empieza cuando Eréndira, una niña de solo 14 años, vive como esclava de su abuela desalmada en una mansión perdida en el desierto. La adolescente hace todo el trabajo de la casa: bañar a la abuela enorme, arreglarle el cabello, limpiar la mansión llena de objetos extravagantes y dar cuerda a los relojes.
La casa había sido construida por Amadís, el difunto esposo de la abuela que era contrabandista. Ahora solo quedan las dos mujeres y un avestruz raquítico en este lugar desolado. Eréndira trabaja tanto que a veces camina dormida de puro cansancio.
El día fatídico, mientras hace sus tareas habituales, un viento terrible sopla por el desierto. Eréndira está tan agotada que trabaja como sonámbula, y cuando la abuela la despierta de golpe, la niña deja caer la sopera. Esa noche, vencida por el cansancio, se acuesta sin apagar bien una vela.
Dato clave: La mansión se quema completamente por culpa de la vela que volcó el viento, y aquí comienza la verdadera tragedia de Eréndira.