Un acto de bondad inesperada
Entre todo el caos del tráfico, surge un buen samaritano que decide ayudar al hombre ciego. Mientras otros conductores protestan por el atasco, esta persona se ofrece a llevar tanto al hombre como su auto hasta su casa, que está cerca del lugar.
El diálogo entre ambos revela algo profundo sobre la naturaleza humana. Cuando el ciego pregunta cómo va a agradecer tanta bondad, el buen samaritano responde: "Nada, hombre, no tiene importancia, hoy por ti, mañana por mí, nadie sabe lo que le espera".
El ciego describe su experiencia de manera poética pero aterradora: "es como si estuviera en medio de una niebla espesa, es como si hubiera caído en un mar de leche". Esta no es la ceguera tradicional que conocemos - es algo completamente diferente y mucho más desconcertante.
Lección de vida: La frase "hoy por ti, mañana por mí" se repite en la novela, mostrando cómo la solidaridad humana puede surgir en los momentos más difíciles.