Información de la obra

El extraño caso del Dr. Jekyll y el señor Hyde es una novela gótica escrita por Robert Louis Stevenson que se ha convertido en un clásico de la literatura universal. La historia explora temas profundos sobre la naturaleza dual del ser humano y los conflictos internos entre el bien y el mal.

Esta edición es distribuida gratuitamente por la Fundación Carlos Slim, lo que significa que podés acceder a esta obra maestra sin costo alguno. La traducción al español fue realizada por Emilio Augusto Soulère, manteniendo la atmósfera misteriosa y gótica del original.

Dato curioso: Esta novela inspiró la expresión "Jekyll y Hyde" que usamos hoy para describir a alguien con una doble personalidad.

Historia de la puerta - Presentación de Utterson

La historia comienza presentándonos a Utterson, el notario, un hombre serio y reservado que será nuestro guía a través del misterio. Aunque parezca frío en la superficie, Utterson tiene una cualidad especial: es extremadamente tolerante con los demás y siempre está dispuesto a ayudar antes que juzgar.

Su filosofía de vida es simple pero poderosa: "Respeto la herejía de Caín. Dejo que mi hermano se vaya al diablo como crea más oportuno". Esta actitud lo convierte en el confidente perfecto para personas con secretos oscuros.

Utterson tiene una amistad peculiar con Richard Enfield, su pariente lejano. Aunque parecen no tener nada en común, disfrutan enormemente de sus paseos dominicales por Londres, durante los cuales apenas hablan pero se comprenden perfectamente.

Consejo de lectura: Prestá atención a cómo Stevenson construye la personalidad de Utterson, porque será crucial para entender cómo se desarrolla el misterio.

El encuentro con la puerta misteriosa

Durante uno de sus paseos, Utterson y Enfield llegan a una calle próspera de Londres llena de comercios elegantes. Sin embargo, hay algo que rompe la armonía del lugar: una puerta siniestra en un edificio abandonado que contrasta completamente con el ambiente próspero del barrio.

Esta puerta misteriosa no tiene aldaba ni campanilla, está rajada y descolorida. El edificio parece abandonado desde hace una generación, siendo refugio de vagabundos y niños que juegan en sus escalones.

Enfield señala esta puerta y le dice a Utterson: "Está asociada en mi memoria a una historia muy extraña". Esta simple frase desencadena uno de los relatos más perturbadores de la literatura gótica.

Elemento clave: La puerta funciona como símbolo de los secretos ocultos que todos llevamos dentro.

El terrible encuentro nocturno

Enfield relata una experiencia aterradora que vivió una madrugada de invierno mientras caminaba por las calles vacías de Londres. En una esquina, presenció el encuentro entre un hombre de baja estatura que caminaba rápidamente y una niña de ocho o diez años que venía corriendo.

Lo que sucedió después fue horrible: el hombre pisoteó tranquilamente a la niña caída y siguió su camino, dejándola llorando en el suelo. Enfield describe al agresor como "un vulgar Juggernaut" (una fuerza destructiva e imparable).

La reacción de todas las personas presentes fue inmediata y visceral. Tanto la familia de la niña como el médico que llegó para atenderla sintieron un odio instantáneo hacia el agresor, algo que no podían explicar racionalmente pero que experimentaron con una intensidad perturbadora.

Análisis importante: Notá cómo Stevenson describe el efecto que causa este personaje en los demás, creando una atmósfera de malestar inexplicable.

El chantaje y el cheque misterioso

Para evitar el escándalo, el agresor acepta pagar cien libras esterlinas a la familia de la niña. Lo más sorprendente es que los lleva directamente a la puerta misteriosa que habían visto antes, entra con su propia llave y sale con el dinero.

El pago se realiza con un cheque firmado por una persona respetable y conocida, lo que genera sospechas inmediatas. ¿Cómo es posible que un hombre tan despreciable tenga acceso al dinero de una persona honorable?

Enfield concluye que debe tratarse de chantaje: "un hombre honesto obligado a pagar un ojo de la cara por algún desliz de juventud". Esta teoría parece lógica, pero hay algo que no encaja completamente en la historia.

Misterio central: El contraste entre el agresor despreciable y la persona respetable que firma el cheque será clave para entender toda la trama.

Revelación del nombre y pacto de silencio

Cuando Utterson presiona a Enfield para obtener más detalles, finalmente se revela el nombre del agresor: Hyde. Esta revelación causa una reacción inmediata en Utterson, quien claramente reconoce el nombre.

Enfield describe a Hyde como alguien imposible de describir con precisión: "Hay algo que no encaja en su aspecto; algo desagradable, algo sin duda detestable". Aunque no puede señalar defectos específicos, la sensación de deformidad y repugnancia es abrumadora.

Lo más inquietante es que Utterson ya conoce el nombre de la persona que firmó el cheque, lo que convierte la historia de Enfield en algo profundamente personal para él. Ambos deciden hacer un pacto de silencio y no volver a hablar del tema.

Tensión narrativa: El hecho de que Utterson reconozca ambos nombres sugiere que está más involucrado en esta historia de lo que inicialmente parecía.

La visita al Dr. Lanyon

Preocupado por las implicaciones de lo que ha escuchado, Utterson decide visitar al Dr. Lanyon, un viejo amigo tanto suyo como del Dr. Jekyll. Lanyon es descrito como un hombre de aspecto juvenil, vivaz y saludable, muy diferente del reservado Utterson.

Sin embargo, Utterson descubre que Lanyon y Jekyll han tenido una ruptura en su amistad. Lanyon explica que Jekyll "se ha convertido en demasiado extravagante" y que comenzó a "desrazonar de una forma extraña" hace unos diez años, involucrándose en lo que Lanyon llama "absurdos pseudocientíficos".

Cuando Utterson pregunta por Hyde, Lanyon responde que nunca ha oído hablar de él, sugiriendo que Jekyll lo conoció después de su ruptura con Lanyon.

Pista importante: La ruptura entre Jekyll y Lanyon por cuestiones científicas sugiere que Jekyll está experimentando con algo peligroso o moralmente cuestionable.

La obsesión nocturna de Utterson

Esa noche, Utterson no puede dormir, atormentado por las imágenes de la historia que escuchó. Su mente reproduce una y otra vez la escena: las calles iluminadas, la niña corriendo, el choque brutal, y sobre todo, la figura sin rostro de Hyde.

Sus pesadillas se intensifican con imágenes más perturbadoras: ve a su amigo Jekyll durmiendo tranquilamente cuando una figura siniestra entra a su habitación con poder absoluto, incluso el de despertarlo "en esa hora muerta para llamarlo a sus obligaciones".

La curiosidad de Utterson se vuelve irresistible. Está convencido de que si pudiera ver el rostro de Hyde, el misterio se aclararía. Quizás podría explicar "la extraña inclinación (o la siniestra dependencia)" de Jekyll hacia este hombre despreciable.

Desarrollo psicológico: Observá cómo Stevenson muestra el impacto psicológico del misterio en Utterson, preparando el terreno para revelaciones más grandes.

La vigilancia y el encuentro con Hyde

Decidido a resolver el misterio, Utterson comienza a vigilar la puerta misteriosa a todas horas: muy temprano por la mañana, al mediodía, por la noche. Su determinación es total: "Si él es el señor Esconde, yo seré el señor Busca".

Finalmente, una noche serena y fría, la paciencia de Utterson es recompensada. Escucha pasos extrañamente rápidos que se acercan y ve aparecer exactamente la figura que esperaba: un hombre de baja estatura con aspecto ordinario, pero que desde la distancia ya causaba una "inclinación para nada benévola".

El hombre se dirige directamente a la puerta y saca una llave "con el gesto de quien llega a su casa". Es el momento que Utterson había estado esperando durante tanto tiempo.

Momento climático: Después de tanta expectación, finalmente vamos a conocer cara a cara al misterioso Hyde.

El primer encuentro cara a cara

Utterson se acerca al hombre y le pregunta: "¿El señor Hyde?" La reacción es inmediata: Hyde se echa para atrás "aspirando con una especie de silbido", pero se recompone rápidamente y responde con calma, aunque sin levantar la cara para mirar a Utterson.

Cuando Utterson se presenta como viejo amigo del Dr. Jekyll, Hyde responde bruscamente que Jekyll no está en casa. Pero luego hace una pregunta inquietante: "¿Cómo me habéis reconocido?" - sugiriendo que su identidad debería ser secreta.

El momento más tenso llega cuando Utterson le pide: "Dejadme miraros a la cara". Hyde duda, pero finalmente "levantó la cabeza con aire de desafío, y los dos se quedaron mirándose durante unos momentos". Sorprendentemente, Hyde le da su dirección en el Soho antes de desaparecer.

Revelación inquietante: El comportamiento de Hyde sugiere que hay mucho más en esta relación con Jekyll de lo que aparenta en la superficie.