Generalización y discriminación
Cuando aprendemos a asociar un estímulo con una respuesta, podemos responder de manera similar ante estímulos parecidos. Esto se llama generalización.
Por ejemplo, si un perro aprende a salivar cuando oye una campana, también podría salivar al oír un timbre que suene de manera similar. Es como si su cerebro dijera "si suena parecido, debe significar lo mismo".
Sin embargo, con la práctica, también podemos aprender a discriminar entre estímulos similares pero diferentes. El perro puede aprender a salivar solo con el sonido específico de la campana, pero no con otros sonidos, aunque sean parecidos.
El condicionamiento clásico tiene muchas aplicaciones prácticas:
- Tratamientos para dejar las drogas
- Mejora del sistema inmunológico
- Terapias para problemas psicológicos
- Marketing y publicidad (¿has notado cómo intentan asociar ciertos productos con sensaciones de éxito?)
Aunque el conductismo ha sido criticado por no considerar los procesos mentales, sus principios siguen siendo muy útiles en muchas áreas.
Piensa en esto: Cuando escuchas el sonido de notificación de tu red social favorita, ¿sientes emoción? Eso es condicionamiento clásico en acción.