La aceptación serena de la muerte
La respuesta de don Rodrigo es el modelo perfecto de muerte cristiana. No hay miedo, no hay lamentos - solo aceptación serena de la voluntad divina. "Mi voluntad está conforme con la divina para todo", dice.
Don Rodrigo entiende que "querer hombre vivir cuando Dios quiere que muera es locura". Esta frase resume toda la filosofía cristiana medieval sobre la muerte: no hay que aferrarse a la vida terrenal cuando llega nuestro momento.
En la estrofa final, hace una oración directa a Cristo, reconociendo su humanidad y divinidad. No pide salvación por sus propios méritos, sino por la clemencia divina - mostrando humildad cristiana perfecta.
El poema termina con una imagen familiar y humana: don Rodrigo murió rodeado de su esposa, hijos, hermanos y criados. "Dio el alma a quien se la dio" - una forma poética de decir que devolvió su alma a Dios.
💡 Mensaje final: Aunque murió físicamente, nos dejó "harto consuelo su memoria" - la verdadera inmortalidad está en el recuerdo de nuestras buenas acciones.