Fernando de Rojas y el contexto histórico de La Celestina
¿Te imaginas escribir una obra tan revolucionaria que sigue siendo estudiada 500 años después? Esto es exactamente lo que logró Fernando de Rojas. Nacido alrededor de 1470 en La Puebla de Montalbán (España), Rojas provenía de una familia de judíos conversos que sufrió la persecución de la Inquisición.
Rojas estudió derecho en la prestigiosa Universidad de Salamanca, donde también cursó tres años obligatorios en la Facultad de Artes. Esto le permitió conocer a fondo los clásicos latinos y la filosofía griega, influencias que se reflejan claramente en La Celestina. Tras obtener su título de bachiller en Leyes (después de nueve o diez años de estudio), ejerció como abogado en Talavera de la Reina, donde llegó a ser alcalde y donde falleció en abril de 1541.
La Celestina se compuso durante los últimos años del siglo XV, coincidiendo con el reinado de los Reyes Católicos. Esta fue una época de profundos cambios en España: la Reconquista había finalizado con la toma de Granada, Colón había descubierto América, y la unificación religiosa se imponía mediante la expulsión de judíos y musulmanes. En este contexto de transformación social, La Celestina refleja las tensiones entre los valores medievales y las nuevas ideas renacentistas.
💡 ¡Impresionante! El éxito de La Celestina fue tan grande que se publicaron más de 100 ediciones en el siglo XVI. Sin embargo, en 1792 fue prohibida por la Inquisición por considerarse inmoral.
Por su argumento amoroso, finalidad didáctica, abundancia de citas eruditas y forma dialogada, La Celestina se considera un ejemplo único de comedia humanística, aunque muchos la ven como un híbrido entre novela y drama. Su influencia en la literatura posterior fue tan significativa que surgió todo un género celestinesco con obras inspiradas en sus personajes, temas o ambiente.
La Celestina trasciende su época al presentar personajes complejos y realistas, con motivaciones psicológicas profundas, alejándose de los arquetipos medievales. Esto, junto con su visión desencantada del mundo y su exploración de los conflictos entre deseo y moral, la convierte en una obra sorprendentemente moderna que sigue fascinando a lectores contemporáneos.