Grandes Poetas Líricos Griegos
Durante el periodo arcaico destacaron varios poetas:
Alceo (639 a.C.) participó activamente en las luchas por el poder, lo que le llevó al destierro. Sus poemas reflejan su apasionamiento político y sus ataques a enemigos.
Safo 650−580a.C., contemporánea de Alceo, dirigía un círculo de jóvenes a quienes iniciaba en música, poesía y el culto a Afrodita. Sus poemas íntimos y cultos hablan de la pasión amorosa como fuerza irracional, expresando celos, deseo y nostalgia de forma sincera y sencilla. Tan admirada fue que los romanos la consideraron "la décima musa".
Anacreonte 563−478a.C. escribió para príncipes y tiranos, cantando en sus odas los aspectos placenteros de la vida (vino, juventud, amor) con estilo alegre y festivo. Su estilo fue tan característico que los poemas posteriores sobre esos temas se llamaron "anacreónticas".
Píndaro (518 a.C.), máximo exponente de la lírica coral, defendía los ideales aristocráticos. Sus famosos epinicios u odas triunfales homenajeaban a atletas victoriosos, aprovechando para elogiar su linaje o ciudad natal, relacionándolos con mitos e incorporando reflexiones morales.
Durante la época helenística hubo un resurgir de la lírica con autores cultos. Calímaco 310−240a.C. compuso epigramas (composiciones breves e ingeniosas) que influyeron en poetas latinos como Catulo y Ovidio.
Teócrito 316−260a.C. creó la literatura bucólica con sus idilios, escenas dialogadas entre pastores o campesinos en un entorno natural idealizado, donde los personajes compiten poética y musicalmente sobre temas amorosos o míticos.
La Prosa Griega: Historiografía
La historiografía derivó de la epopeya, pero con el deseo de informar más que entretener, empleando la prosa en lugar del verso. Los primeros historiadores fueron llamados "logógrafos" (escritores en prosa) y se ocuparon principalmente de sucesos contemporáneos.
Heródoto de Halicarnaso 484−425a.C., considerado el "padre de la historia", intentaba preservar hechos dignos de ser recordados. En su Historia, dividida en nueve libros, relató las guerras médicas entre griegos y persas, pero incluyó también anécdotas, leyendas y costumbres que conoció en sus viajes.
💡 Heródoto distinguía entre lo que él mismo había visto (adtestatio res visae) y lo que le habían contado, mostrando un incipiente método histórico, aunque le faltaba sentido crítico y estaba más interesado en narrar que en analizar causas.