Verbos y Tiempos Verbales
¿Alguna vez te has preguntado por qué los verbos cambian tanto? Los verbos son super flexibles y se adaptan según el tiempo (presente, pasado, futuro), el modo (indicativo, subjuntivo, imperativo), la persona y el número. Esto nos permite comunicar exactamente cómo y cuándo suceden las cosas.
Los modos verbales nos indican la actitud del hablante. Cuando usas el indicativo ("yo hablo"), estás hablando de algo real. Con el subjuntivo ("espero que hables"), expresas deseos o posibilidades. Y el imperativo ("¡habla!") sirve para dar órdenes directas.
En cuanto a los tiempos verbales, el presente muestra acciones actuales ("yo canto"), el pasado puede ser perfecto simple para acciones terminadas ("yo canté") o imperfecto para acciones habituales ("yo cantaba"). El futuro simple ("yo cantaré") expresa lo que sucederá.
💡 ¡Truco para recordar! Piensa en los verbos como máquinas del tiempo: con ellos puedes viajar al pasado, quedarte en el presente o saltar al futuro con solo cambiar su terminación.
También existe el aspecto verbal: perfectivo para acciones completas ("yo comí") e imperfectivo para acciones en desarrollo ("yo comía"). Por último, los verbos pueden ser regulares con conjugación fija como "amar" (yo amo) o irregulares con cambios como "ser" (yo soy).