Funciones del Lenguaje
Cuando hablamos o escribimos, nuestras palabras siempre tienen un propósito. La función representativa (también llamada informativa o referencial) aparece cuando simplemente informamos algo sin expresar opiniones. Por ejemplo: "César Vallejo nació en Santiago de Chuco" o "El Realismo se desarrolló en el siglo XIX".
La función expresiva (o emotiva) se usa cuando mostramos nuestros sentimientos y opiniones personales. Esta función revela nuestra subjetividad. Por ejemplo: "El paisaje de Ayacucho es excelente" o "Lamentablemente, perdimos el partido".
La función apelativa (o conativa) aparece cuando intentamos influir en quien nos escucha para que haga algo o cambie su actitud. La usamos con órdenes, sugerencias o ruegos como: "Mantén la calma ante el sismo" o "Por favor, cede el asiento al abuelo".
💡 ¡Dato interesante! Cuando haces una pregunta como "¿Qué deporte practicas?", también estás usando la función apelativa, porque buscas una respuesta del receptor.
La función fática se concentra en el canal de comunicación. Su objetivo es verificar que la comunicación funciona correctamente o mantener abierto el canal. Usamos esta función para iniciar, prolongar o finalizar una conversación.