Razones principales de la caída de Roma
¿Te has preguntado cómo un imperio tan poderoso llegó a su fin? Las invasiones bárbaras fueron una de las causas más evidentes. Tribus germánicas como los godos y vándalos atacaron repetidamente Roma, hasta que finalmente en el año 476 d.C., el líder germano Odoacro derrocó al último emperador romano de Occidente.
Los problemas económicos también jugaron un papel crucial. La brecha entre ricos y pobres creció enormemente debido a impuestos opresivos e inflación. Muchos de los ricos huyeron al campo para evitar pagar impuestos. Además, la economía romana dependía demasiado de los esclavos, y cuando la expansión se detuvo en el siglo II, el suministro de esclavos disminuyó drásticamente.
El Imperio de Oriente (bizantino) también contribuyó indirectamente a la caída. Cuando el emperador Diocleciano dividió el imperio en dos partes en el siglo III, las mitades oriental y occidental comenzaron a separarse. Mientras el Este (Constantinopla) se hacía más fuerte, el Oeste se debilitaba y quedaba más vulnerable a los ataques.
💡 ¡Dato interesante! Aunque consideramos que el Imperio Romano cayó en el año 476 d.C., su mitad oriental (el Imperio Bizantino) continuó existiendo por casi mil años más, hasta que fue conquistado por los otomanos en el siglo XV.
La expansión territorial excesiva hizo que el imperio fuera difícil de administrar. Con un territorio tan grande, Roma no podía comunicarse eficazmente ni defender todas sus fronteras. Esto llevó a gastar cada vez más en el ejército mientras la infraestructura civil se deterioraba.
La corrupción e inestabilidad política empeoraron todo. En apenas 75 años, más de 20 emperadores diferentes ocuparon el trono, generalmente después de asesinar a sus predecesores. La Guardia Pretoriana (guardaespaldas del emperador) llegó a tener tanto poder que incluso subastaron el puesto de emperador al mejor postor.