La Revolución Francesa Causas, Etapas y Consecuencias
¿Por qué empezó todo? La Revolución Francesa tuvo tres causas principales que crearon la tormenta perfecta. Primero, las ideas de la Ilustración inspiraron a la gente a cuestionar el poder absoluto del rey y a exigir derechos naturales.
La situación social y económica era insoportable para la mayoría de franceses. Mientras el país se hundía en deudas por las guerras, los altos impuestos caían solo sobre el pueblo común. Al mismo tiempo, la burguesía (comerciantes y profesionales prósperos) ganaba poder económico pero no tenía influencia política.
El sistema de los tres estamentos dividía injustamente la sociedad francesa. El primer estado (la nobleza) y el segundo estado (el clero) no pagaban impuestos y tenían todos los privilegios. Mientras tanto, el tercer estado incluía desde la burguesía hasta campesinos y trabajadores, y cargaba con todas las responsabilidades económicas del reino.
¡Dato clave! El 98% de la población francesa pertenecía al tercer estado, pero solo tenía un tercio de los votos en las decisiones políticas.
Las etapas revolucionarias marcaron diferentes momentos del cambio. La Asamblea Nacional fue dirigida por miembros del tercer estado que juraron crear una nueva constitución. Después vino la Convención, caracterizada por la doctrina del terror revolucionario donde miles fueron ejecutados. El Consulado marcó el ascenso de Napoleón, quien finalmente estableció el Imperio y comenzó un proceso de expansión por toda Europa.
Las consecuencias transformaron no solo Francia sino el mundo entero. Se abolieron los privilegios del clero y la nobleza, se acabó con la monarquía absoluta, y se proclamó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. El Código Napoleónico y la abolición del antiguo régimen establecieron principios como la igualdad ante la ley y el derecho de habeas corpus que protege contra arrestos arbitrarios.