Indicadores de bienestar social en la globalización
¿Cómo sabemos si la globalización realmente mejora la vida de las personas? El bienestar social va mucho más allá del simple crecimiento económico y se mide a través de diversos indicadores que reflejan la calidad de vida real de la población.
La distribución del ingreso es fundamental para entender el bienestar de un país. Aunque el PIB per cápita nos da una idea de la riqueza general, el coeficiente de Gini mide qué tan equitativa es la distribución de esa riqueza. Un valor cercano a 0 significa mayor igualdad, mientras que cerca de 1 indica concentración extrema de riqueza.
El empleo no solo considera cuántos trabajos se generan, sino en qué condiciones. Los empleos mal pagados o en condiciones precarias, como ocurre en muchas maquilas, afectan negativamente el bienestar aunque técnicamente reduzcan la tasa de desempleo.
💡 Un país puede tener un alto PIB pero si la mayoría de su población vive en pobreza, no puede considerarse realmente desarrollado.
La educación y el acceso a vivienda y servicios básicos son pilares esenciales del bienestar. La tasa de analfabetismo y el índice de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) son herramientas que nos permiten ver más allá del simple crecimiento económico.
Las corporaciones transnacionales han transformado la producción global mediante dos procesos principales: la deslocalización (trasladar unidades productivas a otros países) y la fragmentación (elaborar partes de un producto en diferentes lugares). Estos procesos generan efectos importantes en ámbitos financieros, tecnológicos, comerciales, industriales y laborales, impactando directamente en la calidad de vida de las poblaciones.