Consenso y Conflicto: Dos Caras de la Sociedad
El debate entre consenso y conflicto ha definido gran parte del pensamiento sociológico a lo largo de la historia. Las teorías del consenso, como el funcionalismo estructural, consideran que los valores y normas comunes son fundamentales para la sociedad, y que el orden social se basa en acuerdos tácitos. En contraste, las teorías del conflicto enfatizan el dominio de unos grupos sobre otros y ven el orden social como resultado de la manipulación y control por parte de los grupos dominantes.
Este debate no es nuevo. Se remonta a los griegos antiguos, con Platón (consenso) y Aristóteles (conflicto), y continúa a través de la historia del pensamiento occidental. En sociología, encontramos este contraste en figuras como Marx y Comte, Simmel y Durkheim, y más recientemente entre Dahrendorf y Parsons.
Aunque presentados como enfoques opuestos, ambas teorías comparten similitudes importantes. Como señala Thomas Bernard, "las zonas en las que coinciden son más extensas que aquellas en las que disienten". Ambas son macroteorías centradas en grandes estructuras e instituciones sociales. Sin embargo, con la evolución de la teoría sociológica hacia la integración y síntesis, la distinción entre consenso y conflicto se ha vuelto menos precisa en la actualidad.
💡 La teoría social es más rica cuando reconoce tanto el conflicto como el consenso como fuerzas complementarias que operan simultáneamente en la sociedad, no como visiones mutuamente excluyentes.
El funcionalismo estructural, que estudiaremos primero, fue "sin lugar a dudas, el cuerpo de teoría más relevante de las ciencias sociales del presente siglo", según Robert Nisbet. Sin embargo, después de dominar la sociología durante décadas, perdió relevancia, aunque algunas de sus ideas persisten en desarrollos teóricos más recientes como el neofuncionalismo.