Historia de la Danza del Garabato
Imagínate esto: estamos en Ciénaga durante la segunda mitad del siglo XIX, y los esclavos de las colonias americanas tenían una forma muy particular de lidiar con su difícil realidad. En las fiestas de la Candelaria, estos valientes bailarines crearon una danza que era su manera de burlarse de la mala suerte que les tocó vivir.
La leyenda cuenta que la muerte aparecía con un palo en forma de guadaña para llevarse a los esclavos que bailaban. Pero ellos, lejos de dejarse intimidar, bailaban al ritmo del tambor para simbolizar tanto su infelicidad como su resistencia. Era su forma de decirle a la vida: "No nos van a vencer tan fácil".
Esta danza pertenece a la misma familia del Torito y del Congo, y siempre va acompañada del ritmo Chandé - esa música súper alegre y rumbera que te hace mover los pies sin darte cuenta. Es puro sabor barranquillero.
¡Dato curioso! El Chandé es tan contagioso que muchos consideran que es imposible escucharlo sin bailar un poquito.