Métodos de Separación de Mezclas
La filtración es perfecta cuando necesitás separar sólidos de líquidos. Funciona como cuando colás el café: el líquido pasa por el filtro poroso, pero las partículas sólidas se quedan atrapadas. También podés usarla para separar arena del agua.
La destilación aprovecha que los líquidos hierven a temperaturas diferentes. El componente más volátil se evapora primero y luego se condensa en otro recipiente. Es súper útil para separar agua y alcohol, o incluso para obtener agua pura del mar.
Tip importante: Cada método funciona mejor según las propiedades físicas de los materiales que querés separar.
La cromatografía es genial para separar mezclas complejas como pigmentos. Los componentes migran a diferentes velocidades através de una superficie, separándose naturalmente. Lo podés ver cuando separás los colorantes de los alimentos en papel.
La decantación funciona cuando tenés líquidos que no se mezclan, como agua y aceite. Simplemente dejás reposar la mezcla y los materiales se separan por diferencia de densidad. También sirve para separar sedimentos del vino.
La separación magnética usa imanes para separar materiales magnéticos de los que no lo son. Es súper práctica para separar limaduras de hierro de la arena, o incluso para separar metales de plásticos en el reciclaje.
Los métodos de flotación, tamizado y cristalización completan tu arsenal de técnicas. La flotación separa por densidad en líquidos, el tamizado usa mallas para separar por tamaño, y la cristalización permite obtener sólidos puros cuando el solvente se evapora.