Técnicas de Separación: Centrifugación y Evaporación
¿Alguna vez te preguntaste cómo separan la sangre en los laboratorios médicos? La centrifugación es la respuesta. Esta técnica usa la fuerza centrípeta para separar componentes de una mezcla haciéndola girar a velocidades súper altas.
Cuando ponés una mezcla en la centrifugadora, los componentes más densos (más pesados) se van al fondo del tubo, mientras que los menos densos quedan arriba. Es como cuando girás una botella con agua y aceite - se separan por densidad.
Por otro lado, la evaporación funciona de manera totalmente diferente. Calentás una solución hasta que el disolvente (generalmente agua) se convierte en vapor y se va. Lo que queda es el soluto sólido, como cuando dejás que se evapore el agua salada y queda la sal.
¡Dato curioso! Las centrifugadoras pueden girar hasta 15,000 veces por minuto - ¡eso es 250 vueltas por segundo!
Ambas técnicas son versátiles y se usan en medicina, investigación y la industria alimentaria. La centrifugación es perfecta para purificar mezclas complejas, mientras que la evaporación te permite concentrar soluciones y recuperar disolventes valiosos.