Ángulos y sus clasificaciones
Un ángulo se forma cuando dos rayos comparten un punto llamado vértice. Según su amplitud, los clasificamos en: ángulos agudos (menos de 90°), ángulos rectos (exactamente 90°), ángulos obtusos (más de 90°) y ángulos llanos (180°).
Existen relaciones importantes entre ángulos: los ángulos complementarios suman 90° entre sí (como 36° y 54°), mientras que los ángulos suplementarios suman 180° (como 134° y 46°). Los ángulos opuestos por el vértice son iguales, como el ángulo BOC y el ángulo AOD.
Para nombrar un ángulo usamos tres letras, donde la letra del medio representa el vértice. Por ejemplo, el ángulo ABC indica que B es el vértice.
💡 Dato clave: Cuando dos rectas paralelas son cortadas por una secante, se forman relaciones especiales: los ángulos alternos internos son iguales entre sí (como 4 y 5, 3 y 6), igual que los alternos externos (1 y 8, 2 y 7) y los correspondientes (1 y 5, 2 y 6, 3 y 7, 8 y 4).
Triángulos y sus propiedades
Los triángulos pueden clasificarse según sus lados en: equiláteros (tres lados iguales), isósceles (dos lados iguales) y escalenos (ningún lado igual). También podemos clasificarlos según sus ángulos en: rectángulos (un ángulo de 90°), acutángulos (tres ángulos agudos) y obtusángulos (un ángulo obtuso).
Una propiedad fundamental es que la suma de los ángulos internos de cualquier triángulo siempre es 180°. Esta idea se extiende a los polígonos con la fórmula: la suma de los ángulos internos de un polígono de n lados es 180°n−2.
¡Recuerda que estos conceptos son la base para entender figuras más complejas y resolver problemas geométricos más avanzados!