El Castigo Perfecto
Los dioses se cansaron de la crueldad de Narciso. Némesis, la diosa de la venganza, decidió darle una lección que encajaría perfectamente con su personalidad. Lo llevó a un estanque con agua cristalina en medio del bosque.
Cuando Narciso se inclinó para tomar agua, vio su propio reflejo por primera vez y se enamoró instantáneamente. ¡Qué ironía! El chico que rechazaba a todos ahora estaba obsesionado con alguien inalcanzable: él mismo.
Intentaba abrazar y besar la imagen en el agua, pero cada vez que tocaba la superficie, el reflejo desaparecía. Esta obsesión lo consumió completamente - no podía comer, beber o alejarse del estanque hasta que murió de inanición.
Los dioses transformaron su cuerpo en la flor narciso, que crece cerca del agua inclinándose hacia su propio reflejo. Así nació tanto la flor como el término "narcisista" que usamos hoy para describir a personas obsesionadas consigo mismas.
💡 Reflexión: Este mito nos enseña que el amor propio está bien, pero cuando se vuelve obsesión y nos hace crueles con otros, puede destruirnos.