El Franquismo y el Nazismo
La Segunda República española (1931) trajo cambios progresistas como el sufragio universal y la separación Iglesia-Estado, pero la victoria del Frente Popular en 1936 desató una fuerte reacción de la derecha. La tensión estalló cuando el general Francisco Franco lideró un golpe de Estado, dividiendo el país en dos bandos e iniciando la Guerra Civil Española. Con el apoyo de Alemania e Italia, Franco derrotó a los republicanos en 1939 e instaló una dictadura autoritaria, anticomunista y profundamente católica.
En Alemania, la Gran Depresión de 1929 destruyó la estabilidad de la República de Weimar. Con un desempleo superior al 40%, los partidos extremistas ganaron popularidad. En 1933, presionado por conservadores y empresarios, el presidente Hindenburg nombró canciller a Adolf Hitler, líder del partido nazi. Hitler actuó rápidamente: acusó a los comunistas del incendio del Reichstag, ilegalizó todos los partidos excepto el nazi, eliminó a sus rivales en la "noche de los cuchillos largos" y, tras la muerte de Hindenburg en 1934, se proclamó Führer (líder supremo).
El régimen nazi creó un Estado totalitario que controlaba todos los aspectos de la vida alemana. Persiguió a los opositores con la SS y la Gestapo, manipuló la propaganda y los medios, adoctrinó a los jóvenes desde la escuela y las Juventudes Hitlerianas, y dirigió la economía hacia el rearme militar y las obras públicas, logrando eliminar el desempleo.
🚨 Atención: El nazismo no fue solo un régimen político, sino un sistema basado en el odio racial que culminaría en el Holocausto, uno de los mayores crímenes contra la humanidad.