Procesos del Diseño
El mundo del diseño gráfico es como ser un traductor, pero en vez de idiomas, traduces ideas en imágenes que hablan por sí solas. Todo comienza con la conceptualización, que es básicamente cuando tomas una idea que has investigado y la procesas en tu mente hasta encontrar su esencia.
Para entender mejor este proceso, necesitas conocer la diferencia entre lo abstracto y lo concreto. Las cosas abstractas son conceptos que no puedes tocar, como el amor, la amistad o la honradez - solo existen en tu mente. Las cosas concretas son las que sí puedes ver y tocar, como tu celular, una pizza o tu mascota.
La creatividad es tu superpoder en el diseño, pero no es magia que aparece de la nada. Nace de todo lo que experimentas: las películas que ves, la música que escuchas, los lugares que visitas. El truco está en canalizar toda esa inspiración hacia soluciones prácticas que realmente funcionen.
¡Dato curioso! Los mejores diseñadores no solo son creativos, también son como detectives que resuelven problemas visuales todos los días.
El proceso del diseño tiene tres pasos clave: primero hablas del problema (inputs), luego desarrollas ideas creativas (procesos), y finalmente produces el resultado final (outputs). Es simple en teoría, pero requiere práctica para dominar el arte de convertir conceptos en signos, íconos y colores que comuniquen exactamente lo que quieres decir.