¿Qué es el Castigo?
El castigo es un suceso que, presentado inmediatamente después de una conducta, hace que se reduzca la frecuencia de la misma. Cuando una persona hace algo y recibe un estímulo punitivo (también llamado aversivo), es menos probable que repita esa acción en situaciones parecidas. ¡Es como cuando aprendes a no tocar una estufa caliente!
Existen diferentes tipos de castigo. Los castigos que producen dolor son físicos y activan receptores de dolor o malestar. Las reprimendas son verbalizaciones negativas que se dan junto con miradas fijas cuando alguien hace algo inadecuado. El tiempo fuera traslada a la persona de una situación agradable a otra menos placentera. El coste de respuesta retira algo positivo que ya tenía la persona.
Para que un castigo sea eficaz, debemos seguir varios pasos ofrecer alternativas deseables a la conducta castigada, minimizar las causas del mal comportamiento, elegir bien el tipo de castigo, establecer normas claras y administrarlo correctamente. Si no seguimos estos pasos, el castigo puede ser ineficaz o incluso contraproducente.
⚠️ ¡Ojo con esto! Muchas veces aplicamos castigos sin darnos cuenta, como cuando decimos "eso está bien, pero..." invalidando un logro. Estos castigos accidentales pueden confundir y desanimar.
Algunas directrices importantes para aplicar correctamente un castigo incluyen elegir qué respuesta queremos cambiar, crear condiciones favorables para conductas alternativas, entender por qué ocurre la mala conducta, elegir un castigo eficaz, establecer reglas claras, administrarlo consistentemente y registrar los resultados para ver si funciona.