Silogismos de Aristóteles: La Fórmula del Razonamiento
Imagínate que el razonamiento fuera como armar un rompecabezas de tres piezas. Eso es exactamente lo que hace un silogismo: toma dos ideas que ya conoces y las conecta para descubrir algo nuevo.
Un silogismo es básicamente una máquina de pensar que funciona así: tienes dos premisas (las piezas de información que ya sabes) y de ahí sacas una conclusión (lo nuevo que descubres). Es razonamiento deductivo, lo que significa que vas de lo general a lo específico.
Mirá este ejemplo: si todos los gatos son felinos (primera premisa) y todos los animales son gatos (segunda premisa), entonces lógicamente todos los animales tienen que ser felinos (conclusión). ¡Es como matemáticas pero con palabras!
¡Ojo! Un silogismo puede estar bien estructurado pero ser falso si las premisas están mal. En el ejemplo de arriba, no todos los animales son gatos, así que aunque la lógica funcione, la conclusión es incorrecta.
Clasificación de los Juicios: Tu Guía para Organizar Ideas
¿Alguna vez te has fijado en cómo hablamos de las cosas? Decimos "todos", "algunos", "ninguno"... Aristóteles se dio cuenta de que podemos clasificar nuestras afirmaciones de manera súper ordenada.
Los juicios se dividen según su cantidad (si hablan de todos, algunos o uno específico) y su cualidad (si afirman o niegan algo). Los universales hablan de "todos" o "ninguno", los particulares de "algunos", y los singulares de una persona específica.
Cada tipo tiene su propia letra: A para universales afirmativos, E para universales negativos, I para particulares afirmativos y O para particulares negativos. Es como un código secreto que te ayuda a organizar tus pensamientos de manera más clara.
Tip de estudio: Recordá las letras A-E-I-O pensando en las vocales. Te va a servir un montón para los exámenes de lógica y filosofía.