El principio de no contradicción y los atributos del ser
Parménides establece uno de los primeros principios lógicos fundamentales: el principio de no contradicción. Presenta al ser y al no-ser como contrarios supremos, donde el ser representa la pura positividad y el no-ser la pura negatividad. Es imposible que ambos coexistan al mismo tiempo y en el mismo sentido, pues donde hay ser no puede haber no-ser.
El filósofo de Elea atribuye características específicas a su concepto del ser: es increado, incorruptible, limitado y perfecto. El ser no procede de otro ser o del no-ser, no tiene pasado ni futuro, existe solo en el presente y es completamente inmóvil. Es finito porque representa la perfección, como la esfera para los pitagóricos: completa, inmutable, igual, no engendrada e incorruptible.
Cuando aborda los fenómenos, Parménides reflexiona sobre la dinámica de los opuestos. Usa el ejemplo de la luz y la noche como contrarios, pero ambos dentro del ámbito del ser. Ninguno proviene de la nada, por tanto, ambos "son". Esto le permite incluir los opuestos como unidad en un ser superior, explicando así los fenómenos sin comprometer su teoría principal.
⚠️ No confundas la inmovilidad del ser parmenídeo con estancamiento. Para Parménides, la perfección del ser implica que no necesita cambiar, pues ya contiene todo lo posible.