John Dewey y la Educación Progresista
Dewey revolucionó la educación al poner la experiencia y el interés del estudiante en el centro del aprendizaje. Él creía que aprendemos mejor cuando conectamos los nuevos conocimientos con nuestras experiencias personales.
El aprendizaje activo fue uno de sus mayores aportes. Dewey estaba convencido de que aprendemos haciendo, no solo escuchando. Por eso promovió métodos participativos como el trabajo en equipo y la resolución de problemas reales.
Concibió la escuela como un laboratorio donde los estudiantes pueden experimentar, equivocarse y aprender de forma activa. Esta visión transformó muchas escuelas, alejándolas del modelo tradicional de memorización.
Para Dewey, la educación tenía un propósito cívico: formar ciudadanos democráticos capaces de pensar críticamente y participar en la sociedad. No se trataba solo de adquirir conocimientos, sino de aprender a vivir en comunidad.
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