Juramentos y Ordalías: La Justicia Divina
Los testigos prestaban testimonio bajo juramento, aunque esto era tan común que normalmente no se mencionaba. Los tribunales disponían de formas más solemnes para apelar a la sanción divina cuando la información disponible entraba en conflicto o cuando la ausencia de pruebas hacía imposible adoptar una decisión.
El "juramento de purificación" era común en sistemas legales antiguos y suponía una estrecha relación entre sanción divina y humana. En parte actuaba como sanción el temor al perjurio y a la venganza divina, pero también el hecho de estar dispuesto a prestar juramento servía de prueba a nivel humano.
Era normal jurar por el símbolo de un dios: el perro de Gula o el arma de Marduk. Algunas veces el símbolo divino acudía a la disputa, especialmente en casos de propiedad disputada, donde se enviaba el símbolo del dios para que las partes hicieran juramento en el lugar.
La ordalía fluvial era la sanción más fuerte, reservada para casos graves (brujería, adulterio y homicidio) que no se podían juzgar por otros medios. En época de Akkad se usaba para casos civiles más triviales, pero el abandono de esta práctica probablemente se debe a la creciente difusión de la escritura.
Evolución importante: La documentación escrita garantizaba que muchas disputas nunca llegaran al tribunal, reduciendo la dependencia de testimonios orales conflictivos.
Funcionarios y Ejecución de Sentencias
Los documentos más antiguos sellados son actas finales de sentencias judiciales. La información sobre juicios procede de documentos redactados al final, llamados "proceso completado" ditilla o "tablilla de declaración solemne" (tuppi burtim).
En época de Ur III, el funcionario de tribunales (maškim) era responsable de que se llevara a cabo el castigo. En época paleobabilónica, el brazo de la ley era el "soldado" (rēdum), quien podía llevar un bebé al tribunal para registrar su nacimiento o visitar una casa para recuperar propiedades.
El "barbero" tenía tareas variadas: originalmente daba a los esclavos su característico corte de pelo, pero después fue responsable de destruir tablillas invalidadas por edictos reales. El pregonero transmitía información oficial al público, anunciando sellos perdidos y esclavos huidos.
Función clave: Si se perdía un sello, era habitual hacer pública la pérdida por medio del pregonero, invalidando así documentos sellados con él posteriormente.