El Camino Hacia la Democracia
Entre el 561 y 510 a.C., Pisístrato tomó el poder en Atenas e instauró una tiranía, un gobierno basado en el uso de la fuerza pero que, paradójicamente, implementó medidas con gran apoyo popular. Estas reformas, aunque impuestas, ayudaron a debilitar el poder de la aristocracia tradicional.
Tras este período de tiranía, comenzó el verdadero establecimiento de la democracia ateniense, caracterizada por la participación política del demos (pueblo). Sin embargo, es crucial entender que esta democracia mantenía profundas desigualdades que hoy consideraríamos inaceptables.
La ciudadanía ateniense estaba severamente restringida: solo los hombres mayores de 20 años nacidos de padre y madre atenienses podían participar en la política. Las mujeres, extranjeros y esclavos quedaban completamente excluidos de los derechos políticos, lo que representaba la mayoría de la población.
💡 Contraste histórico: Aunque limitada según nuestros estándares actuales, la democracia ateniense fue revolucionaria para su época al permitir que ciudadanos comunes participaran en el gobierno, algo impensable en la mayoría de las sociedades contemporáneas.