La cultura, el Estado y la escuela según Bourdieu
La cultura ha sido históricamente vista como algo elitista, como cuando las familias adineradas podían permitirse música personalizada (piensa en películas como Amadeus). Pero esta es solo una de las muchas ideas falsas sobre la cultura que debemos cuestionar.
Contrario a lo que muchos piensan, la cultura no es algo que se posee o no se posee, ya que todos somos parte de una sociedad y de procesos culturales. Tampoco es estática, sino dinámica y cambiante. Y aunque el colonialismo promovió la idea de culturas "superiores", en realidad todas las culturas tienen su propio valor - ninguna es superior a otra, aunque tengan distintos avances.
Otra idea errónea es que existen culturas "puras". En realidad, todas las culturas son el resultado de mezclas e intercambios. Por ejemplo, no hay indígenas "puros", pues todos somos una combinación de diversos grupos raciales y culturales. Y aunque teatros, museos y bibliotecas representan la cultura, solo son una pequeña parte - ¡la cultura está en todos lados!
💡 Concepto clave: Para Bourdieu, el poder no solo se manifiesta a través del dinero, sino también mediante el capital cultural - los conocimientos, habilidades y educación que te dan prestigio en la sociedad.
El Estado no determina la existencia de la cultura, pero sí decide qué cultura mostrar y promover a través de sus políticas culturales y educativas. Esto nos lleva a cuestionar cómo las escuelas generan prestigio y estatus en la sociedad mediante aspectos jurídicos y simbólicos que constituyen formas de poder o "capital". Así, la cultura crea capitales que se desenvuelven en lo que Bourdieu llama "campos" - espacios sociales donde se lucha por recursos y reconocimiento.