El hecho empírico de la religión: civilizaciones antiguas
La religión ha existido siempre en la humanidad, extendiéndose desde las culturas más primitivas hasta las más desarrolladas. El ser humano, en todos los tiempos, ha mostrado comportamientos que lo conectan con un ser trascendente o supremo.
En la antigua Grecia, la religión se caracterizaba por un mundo organizado de dioses con genealogías, intrigas y luchas. Los dioses olímpicos, que vivían en el monte Olimpo, eran presididos por Zeus, el más importante de todos. Entre ellos estaban Atenea (sabiduría), Apolo (belleza), Afrodita (amor) y Poseidón (mar), cada uno con competencias específicas sobre la naturaleza y los humanos.
Los romanos adoptaron el panteón griego cambiándoles los nombres: Zeus se convirtió en Júpiter y Hera en Juno. Además, añadieron el culto a los dioses domésticos o familiares: los manes (espíritus de los antepasados), los lares (dioses del hogar) y los penates (dioses de la despensa).
💡 ¡Conéctalo con el presente! Aunque parezcan lejanas, muchas tradiciones actuales tienen raíces en estas antiguas prácticas religiosas. Por ejemplo, algunas celebraciones familiares y rituales domésticos tienen similitudes con el culto romano a los lares y penates.