El Sistema Feudal: Ceremonias y Compromisos
Convertirse en vasallo no era tan simple como firmar un papel. Había que pasar por una ceremonia de investidura con tres rituales súper importantes que sellaban el trato para toda la vida.
Primero venía el homenaje, donde se formalizaba quién mandaba y quién obedecía. Había tres tipos: servil (para campesinos), de vasallo (para caballeros) y ligio (para vasallos importantes). Cada uno tenía sus propias reglas y obligaciones.
Después seguía el juramento de fidelidad, que era como un contrato sagrado. El vasallo prometía servir y ser leal, mientras que el señor prometía proteger el feudo de su vasallo. Si alguien rompía esta promesa, cometía "felonía" y perdía todo.
Finalmente venía la investidura del feudo, donde el vasallo recibía sus tierras (el señorío). A cambio, tenía que pagar arriendo, dar ayuda militar y financiera, y hasta hacer justicia en nombre de su señor.
¡Importante recordar! Estos vínculos duraban hasta la muerte y crear este sistema de lealtades era la base de todo el poder medieval.