Radiactividad y Rayos X: Descubrimientos que Cambiaron el Mundo
Imagínate descubrir algo por pura casualidad que cambiaría para siempre cómo entendemos la materia. Eso es exactamente lo que le pasó a Antoine Becquerel en 1896 cuando descubrió la radiactividad casi por accidente.
La radiactividad es esa propiedad súper especial que tienen ciertos átomos de desintegrarse espontáneamente. Es como si fueran bombas de tiempo microscópicas que liberan energía sin que nadie les diga cuándo hacerlo. Esta energía se mide en una unidad llamada becquerel.
Becquerel estaba investigando la fluorescencia del sulfato doble de uranio y potasio cuando se topó con este fenómeno. Mientras tanto, en 1895, Wilhelm Conrad Röntgen descubrió los rayos X de manera igualmente accidental mientras experimentaba con tubos de rayos catódicos.
Los rayos X son radiación electromagnética similar a la luz visible, pero mucho más poderosa. Pueden atravesar tejidos blandos y mostrar nuestros huesos en blanco y negro. Contienen partículas ionizadas de nitrógeno y oxígeno que les dan su capacidad única de penetrar la materia.
💡 Dato curioso: Ambos descubrimientos fueron accidentales, lo que demuestra que en ciencia, a veces los errores nos llevan a los hallazgos más importantes.