Creatividad e innovación como factores de supervivencia
Actualmente, la creatividad e innovación son reconocidas como fuentes de sustento y herramientas generadoras de valor para los productos y servicios empresariales. Aunque algunos podrían argumentar que la creatividad es un don innato, todas las personas tienen aptitudes creativas que pueden desarrollarse en un entorno favorable, con coaching y capacitación adecuados.
Los líderes empresariales deben estimular la creatividad para evitar la obsolescencia de productos y servicios, incrementando así la productividad y asegurando la permanencia en el tiempo. La innovación, por naturaleza, representa un cambio que genera resistencia, pero estos cambios son muchas veces esenciales para el avance en todos los planos.
La sociedad del conocimiento conceptualiza la innovación como un factor de diferenciación, pero para las empresas representa un asunto esencial de supervivencia. Ser diferente, operar distinto a la competencia y producir bienes con características únicas son premisas que las organizaciones deben incorporar en sus procesos.
Porter sostiene que para lograr ventajas competitivas, las empresas deben realizar acciones estratégicas creativas e innovadoras, siendo más eficientes que los competidores o prestando servicios de manera diferente. La creatividad (creación de algo original) y la innovación (modificación de lo existente) generan cambios que, independientemente de su magnitud, pueden derivar en futuras mejoras significativas.
Advertencia: "Muchas empresas, rentables en sus inicios, incluso llegaron a desaparecer por no saber adaptarse a un entorno tan cambiante, que ocasiona que empresas potencialmente exitosas caigan víctimas de una mala o nula implantación de una cultura de innovación" (Martínez, 2006).