Ejemplos de sistemas no conservativos
En el mundo real, casi todos los sistemas son no conservativos porque pierden energía. Cuando un automóvil avanza, la fricción con el asfalto y el aire le quita energía, que se disipa como calor. Por eso necesitas seguir pisando el acelerador para mantener la velocidad.
Otro ejemplo son los frenos de una bicicleta. Al frenar, la energía cinética que tenías por ir en movimiento no desaparece mágicamente, sino que se convierte en calor en las pastillas y discos de freno. ¡Tócalos después de frenar bruscamente y sentirás lo calientes que están!
También cuando aplaudimos, la energía del movimiento de nuestras manos se convierte en sonido y calor. La energía total sigue siendo la misma, pero ya no está disponible para realizar el mismo trabajo.
🔥 Dato útil: En los sistemas no conservativos, la energía no se pierde realmente (eso violaría el principio de conservación), simplemente se transforma en formas menos útiles, como calor o sonido, que ya no pueden reconvertirse fácilmente.