¿Qué es un Algoritmo?
Imaginate que necesitás explicarle a alguien cómo hacer algo sin poder mostrárselo físicamente. Eso es exactamente lo que hace un algoritmo: te da una serie de pasos ordenados y detallados para resolver cualquier problema.
Los algoritmos tienen tres características súper importantes que los hacen funcionar. Primero, son precisos porque van directo al grano sin perderse en detalles innecesarios. Segundo, son finitos, lo que significa que siempre tienen un final claro y no se quedan dando vueltas para siempre.
Tercero, pueden tener cero o más elementos de entrada. Por ejemplo, para lavarte las manos necesitás agua, jabón y una toalla, pero para contar hasta diez no necesitás nada más que tu cerebro.
Ejemplo práctico: El proceso de lavarse las manos es un algoritmo perfecto. Tiene 9 pasos claros: abrir el grifo, mojar las manos, aplicar jabón, hacer espuma, frotar la parte de atrás, restregar por 20 segundos, enjuagar, cerrar el grifo y secar.
Cuando analizás si un algoritmo funciona bien, fijate si es finito, ordenado, completo, sin pasos de sobra y si se entiende fácilmente. ¡Si cumple todo eso, tenés un algoritmo ganador!