Del conflicto global a la autodeterminación
La Guerra Fría dividió el mundo en dos bloques ideológicos tras la Segunda Guerra Mundial. Estados Unidos, defensor del capitalismo y la democracia, se enfrentó a la Unión Soviética, promotora del socialismo y el comunismo, en una tensa rivalidad que nunca llegó a un conflicto militar directo entre ambas potencias. Esta división quedó simbolizada en la separación de Alemania y la formación de alianzas militares opuestas: la OTAN (países occidentales) y el Pacto de Varsovia (URSS y sus aliados).
Este periodo de tensión mundial terminó a finales de los 80 con la caída del Muro de Berlín y la posterior disolución de la Unión Soviética, dando paso a un nuevo orden mundial menos polarizado. La competencia entre superpotencias había afectado prácticamente a todos los países del planeta durante décadas.
Los procesos de descolonización en África y Asia representaron otra transformación fundamental del siglo XX. Después de la Segunda Guerra Mundial, las potencias europeas debilitadas no pudieron mantener sus imperios coloniales, lo que permitió el surgimiento de movimientos de liberación nacional. Durante las décadas de 1950 y 1960, numerosos territorios africanos obtuvieron su independencia de Gran Bretaña, Francia y Bélgica.
💡 Conexión importante: La descolonización está directamente vinculada con las ideas de autodeterminación y soberanía nacional que surgieron con las revoluciones de independencia americanas del siglo anterior.
En Asia, líderes como Gandhi guiaron a sus naciones hacia la independencia, estableciendo nuevos estados y sentando las bases para el reconocimiento del derecho de autodeterminación de los pueblos en el derecho internacional.