Evidencias Paleomagnéticas de la Deriva
Al analizar rocas de la misma edad en diferentes continentes, los científicos observaron algo revelador: las curvas de deriva polar aparente eran distintas para cada continente. Como no es posible que cada continente tuviera sus propios polos magnéticos, la única explicación lógica era que los continentes se habían movido.
Este descubrimiento proporcionó una evidencia objetiva e irrefutable de la deriva continental. Más aún, permitió reconstruir las posiciones pasadas de los continentes con precisión científica.
Por ejemplo, rocas jurásicas en la India muestran una inclinación magnética de unos 40° Sur, aunque hoy la India está en el hemisferio norte. Esto indica que hace aproximadamente 150 millones de años, la India se encontraba en el hemisferio sur, confirmando su largo viaje hacia el norte.
Utilizando estas técnicas, los científicos lograron reconstruir la Pangea con mayor precisión. En 1965, Bullard y colaboradores usaron computadoras para buscar el mejor ajuste entre continentes, empleando la isobata de 1,000 metros (que marca el borde de la corteza continental) en lugar de las líneas costeras actuales.
Los mapas reconstruidos muestran claramente cómo los continentes han derivado durante el Fanerozoico (últimos 540 millones de años):
- Al final del Paleozoico (Era Primaria), las masas continentales se unieron formando la Pangea
- En el Jurásico (hace ~180 millones de años) comenzó la dispersión
- Gondwana (Sudamérica, África, Antártida, India y Australia) se separó de Laurasia (Norteamérica, Europa y Asia)
- El Océano Atlántico se abrió en el Cretácico y continúa expandiéndose
Esta no sería la única Pangea de la historia terrestre; hay evidencias de una unión similar al final del Precámbrico, seguida de dispersión en el Cámbrico.