La vida de Pascal y su famosa apuesta filosófica
Blaise Pascal nació en Clermont-Ferrand, Francia, en 1623 y murió joven, a los 39 años en París. Era un genio total: filósofo, físico y matemático, todo en uno. Su vida no fue fácil: perdió a su mamá cuando tenía solo tres años, pero su papá lo apoyó muchísimo en su educación.
Su padre lo llevó a París y lo introdujo en el círculo de Mersenne, una especie de academia científica súper exclusiva. Ahí Pascal conoció las ideas más avanzadas de su tiempo y escribió ensayos revolucionarios sobre geometría cuando era apenas un adolescente.
Pascal creía que la razón humana tenía límites, especialmente para entender a Dios. Por eso creó su famosa apuesta de Pascal: si crees en Dios y vives virtuosamente, puedes ganar la vida eterna. Si al final Dios no existe, no pierdes nada real. ¡Es como apostar con todo a favor y nada en contra!
Reflexiona: Pascal veía tanto la grandeza como la pequeñez del ser humano. Para él, éramos dignos pero también insignificantes al mismo tiempo.