Los Orígenes del Baloncesto
Imagínate estar en 1891 y que tu profesor de educación física invente un deporte completamente nuevo solo para que no te aburras. Eso fue exactamente lo que hizo James Naismith, un profesor que trabajaba en el colegio Y.M.C.A. en Springfield, Massachusetts.
Naismith tenía un problema: sus estudiantes solo podían practicar fútbol americano, béisbol y algunos ejercicios físicos básicos. Necesitaba algo más emocionante y divertido para mantenerlos activos en espacios cerrados durante el invierno frío.
Su solución fue genial pero súper simple: colgó dos cestos de frutas a 10 pies de altura en un gimnasio cerrado. Las reglas eran básicas: ponía el balón en el centro de la cancha, pitaba, y todos corrían como locos a agarrar el balón. El primero que lo metiera en la cesta ganaba.
Dato curioso: Al principio tenían que usar escaleras para sacar el balón de las cestas cada vez que alguien anotaba. ¡Imagínate qué tan lento era el juego!
Para solucionar este problema molesto, decidieron romper el fondo de las cestas. Pero cuando el balón se atoraba, usaban un palo largo para empujarlo hacia abajo. Eventualmente, todo esto evolucionó hasta convertirse en los aros y tableros que conocemos hoy, con todas las reglas modernas que hacen del baloncesto el deporte increíble que es.