¿Qué es el fútbol y su objetivo?
El fútbol es un juego donde dos equipos con once jugadores cada uno intentan meter un balón en la portería rival. El objetivo es simple: el equipo que anote más goles gana el partido. ¡Así de sencillo!
Este deporte tiene raíces muy antiguas. La FIFA reconoce como antecedentes juegos como el "episkyros" de la Antigua Grecia, que luego llegó a Roma con el nombre "harpastum". Los humanos hemos jugado con pelotas desde tiempos muy remotos.
El fútbol se juega en un campo rectangular con una portería en cada extremo. Cada equipo está formado por un portero, defensores, volantes y delanteros. Puede jugarse tanto en categorías masculinas como femeninas y requiere buena condición física.
¡Dato interesante! Aunque el fútbol parece simple, tiene muchas reglas específicas como el fuera de juego, que ocurre cuando un jugador está más cerca de la línea de meta contraria que el balón y el penúltimo defensor al recibir un pase.
Fundamentos del fútbol
El control del balón es esencial en el fútbol. Los jugadores usan pies, muslos, pecho y cabeza para dominar la pelota. Solo los porteros pueden usar las manos, y únicamente dentro del área penal.
La conducción permite moverse con el balón, usando diferentes partes del pie según se necesite velocidad o control. El pase es fundamental para el juego en equipo, y puede hacerse con la parte interna, externa, empeine, punta o taco del pie.
El dribling es la habilidad para esquivar rivales manteniendo el control del balón. Mientras tanto, el remate es el golpe potente hacia la portería para intentar anotar un gol, pudiendo usar pies, cabeza o incluso las rodillas.
Reglas básicas
El partido dura 90 minutos divididos en dos tiempos de 45 minutos cada uno. El campo debe ser rectangular con medidas entre 90-120 metros de largo y 45-90 metros de ancho.
Cada equipo puede hacer hasta tres sustituciones durante el partido. El juego comienza con un saque desde el centro y, tras un gol, se reinicia de la misma manera.
Las faltas se sancionan con tiros libres o penales, dependiendo de dónde ocurran. Los árbitros usan tarjetas amarillas para advertir a los jugadores y tarjetas rojas para expulsarlos del partido cuando cometen infracciones graves.