Sociedades por Acciones Simplificadas (SAS)
Las SAS son súper flexibles porque podés crearlas con una sola persona o con cuantas quieras. No hay límite máximo de socios, lo que las hace perfectas para emprendimientos de cualquier tamaño.
En cuanto al capital, cada socio aporta lo que puede y recibe beneficios proporcionales a su inversión. Si metés más plata, obviamente vas a recibir más ganancias. La responsabilidad también funciona así: respondés solo por el porcentaje que corresponde a tu aporte.
La representación legal funciona a través de una asamblea y junta directiva que toman las decisiones importantes. La sociedad puede terminar por varias razones: cuando se vence el plazo establecido, cuando ya no existe el objeto social, cuando queda un solo asociado, o por declaración de quiebra.
Dato clave: Las SAS son ideales para startups porque combinan flexibilidad con protección para los socios.