Fluidos y sus propiedades
Los fluidos son sustancias (líquidos o gases) que se deforman continuamente cuando se les aplica una tensión, por mínima que sea. A diferencia de los sólidos, los fluidos no mantienen una forma definida, lo que explica por qué el agua se adapta al recipiente que la contiene.
La densidad es una propiedad crucial de los fluidos que indica qué tan concentrada está la materia en un espacio determinado. Matemáticamente se expresa como la relación entre masa y volumen: ρ=vm, medida en m3kg o cm3g. Esta propiedad explica por qué algunos objetos flotan mientras otros se hunden.
Cuando un fluido está en un recipiente, ejerce presión sobre las paredes y sobre cualquier objeto sumergido en él. La presión se calcula como la fuerza dividida entre el área: P=AF, medida en pascales (Pa). Un aspecto interesante es que la presión aumenta con la profundidad según la ecuación: P=Po+ρf⋅Δh⋅g, donde Po es la presión inicial (0 atm en recipientes cerrados o 1 atm en abiertos).
💡 ¿Sabías que? La presión hidrostática explica por qué sientes mayor presión en tus oídos cuando te sumerges más profundo en una piscina. Por cada 10 metros que desciendas en agua, la presión aumenta aproximadamente en 1 atmósfera.