Terapias Génicas: Fundamentos y Aplicaciones
¿Alguna vez te has preguntado cómo podríamos reparar nuestros genes cuando funcionan mal? La terapia génica hace exactamente eso: inserta genes saludables en las células para corregir problemas genéticos que causan enfermedades. Funciona usando vectores (principalmente virus modificados) que transportan el gen saludable hasta las células que lo necesitan.
Esta técnica revolucionaria comenzó a tomar forma en 1989, cuando investigadores estadounidenses anunciaron sus planes de realizar intercambios genéticos en pacientes con cáncer terminal. Desde entonces, ha evolucionado enormemente.
Los científicos pueden aplicar la terapia génica de varias formas: sustituir genes defectuosos por otros sanos, agregar genes que ayuden a combatir enfermedades o desactivar genes problemáticos. Todo depende de la condición que estén tratando.
💡 ¡Dato interesante! Ya existen tratamientos de terapia génica aprobados para múltiples condiciones, como linfomas, leucemia, melanoma, distrofia retiniana y atrofia muscular espinal.
Entre los productos de terapia génica encontramos el ADN plasmídico (moléculas modificadas que transportan genes), vectores virales y bacterianos, tecnología de edición genética humana y productos de terapia celular derivados del propio paciente. Cada tipo tiene aplicaciones específicas según la enfermedad a tratar.