Técnicas de Observación y Cultivo
La microscopía es fundamental para ver lo que nuestros ojos no pueden. El microscopio óptico nos permite observar células y tejidos mediante diferentes variantes como el de campo claro o el de fluorescencia. Para preparar muestras, estas deben fijarse, teñirse y montarse en portaobjetos.
Para ver detalles aún más pequeños, usamos el microscopio electrónico. El de Transmisión (TEM) muestra las estructuras internas, mientras que el de Barrido (SEM) permite ver superficies tridimensionales con una resolución mucho mayor que la de los microscopios ópticos.
Las técnicas de cultivo nos ayudan a mantener células vivas en el laboratorio. Para el cultivo de células necesitamos medios especiales con nutrientes y condiciones controladas de temperatura y pH. En el caso de microorganismos, usamos medios como agar o caldo nutritivo, y técnicas como la siembra por estría.
💡 ¡Dato curioso! Un microscopio electrónico puede ampliar imágenes hasta 10 millones de veces, permitiéndote ver incluso virus que son 1000 veces más pequeños que una bacteria.
La PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa) es una técnica revolucionaria que amplifica fragmentos de ADN. Funciona en ciclos de desnaturalización, alineamiento y extensión, y se usa para diagnósticos, clonación y secuenciación.