Deterioro en Vegetales, Carnes y Pescados
Los vegetales tienen pH casi neutro y alta actividad hídrica, haciéndolos atractivos para microbios. Erwinia carotovora es la bacteria de deterioro más común, detectada en prácticamente todos los vegetales y capaz de crecer en refrigeración.
El deterioro bacteriano primero ablanda tejidos degradando pectinas, convirtiendo el vegetal en masa viscosa. Luego metaboliza almidones y azúcares, desarrollando olores desagradables con ácido láctico y etanol. Mohos como Rhizopus, Alternaria y Botrytis causan pudriciones descritas por color, textura o acidez.
La carne fresca se compone principalmente de proteínas y grasas, con 71-76% de agua. Los músculos sanos no contienen microbios, pero la contaminación ocurre inmediatamente tras el sacrificio. La superficie de canales bovinas puede contener 10² hasta 10⁴ UFC/cm², principalmente bacterias psicrotróficas.
Pseudomonas spp. predominan en carne cruda almacenada aeróbicamente. Una vez agotada la glucosa, Pseudomonas cataboliza gluconatos y aminoácidos más fácilmente, produciendo sulfuros malolientes, amoníaco y aminas biógenas. Shewanella putrefaciens produce sulfuros incluso con glucosa disponible, causando cambios de color.
En carnes envasadas al vacío, Enterobacteriaceae (Serratia, Enterobacter, Hafnia) son principales causantes, produciendo ácidos orgánicos, sulfuro de hidrógeno y enverdecimiento. Las BAL crecen produciendo olores ácidos, gases y babas, pero menor deterioro proteico.
El pescado es extremadamente perecedero y rico en aminoácidos libres. Los microbios producen amoniaco, aminas biógenas, ácidos orgánicos y compuestos sulfurosos. El óxido de trimetilamina se degrada a trimetilamina (TMA), responsable del mal olor característico.
Factor crítico: La cantidad inicial de microorganismos tras el sacrificio determina la vida útil de las carnes.