Adaptaciones fisiológicas o funcionales
Las adaptaciones fisiológicas son cambios internos que no podés ver, pero que son igual de impresionantes. Es como si los animales desarrollaran "superpoderes" internos para manejar condiciones extremas que matarían a otras especies.
El oso polar es un ejemplo perfecto: su cuerpo puede regular la temperatura interna para no morir congelado en el Ártico. Otros animales desarrollaron nuevas enzimas para digerir alimentos específicos o nuevas hormonas para manejar el estrés ambiental.
También está la capacidad de algunos animales para resistir la falta de agua en desiertos o sobrevivir en aguas súper saladas. Sus órganos internos literalmente funcionan diferente al de otros animales.
¡Increíble pero cierto! Algunos animales pueden alterar sus sentidos según el ambiente. Los murciélagos perfeccionaron su ecolocalización para cazar en total oscuridad.
Adaptaciones etológicas o de comportamiento
Las adaptaciones etológicas son cambios en el comportamiento que se vuelven parte del "manual de instrucciones" que los padres les pasan a sus hijos. Son estrategias de supervivencia que se aprenden y se heredan.
El pavo real macho desarrolló esa cola espectacular y esos rituales de cortejo específicos para impresionar a las hembras. Las aves migratorias "saben" exactamente cuándo y hacia dónde viajar para encontrar mejor comida y clima.
También están los comportamientos cooperativos, como cuando los lobos cazan en manada o cuando las abejas trabajan en equipo. Estos comportamientos no son casualidad, sino adaptaciones que aumentan las chances de supervivencia del grupo.