El proceso digestivo de los invertebrados
La digestión es fundamental para todos los animales y ocurre después de conseguir el alimento. Existen dos tipos principales: la digestión mecánica, que consiste en triturar y procesar los alimentos físicamente, y la digestión química, donde se secretan enzimas que actúan sobre los compuestos orgánicos transformándolos para que puedan ser utilizados por el animal.
En invertebrados como las medusas y anémonas, que son macrófagos (capturan presas vivas), la digestión ocurre de manera especial. Estos animales poseen en sus tentáculos células llamadas cnidoblastos que inyectan sustancias paralizantes a sus presas. Por otro lado, las esponjas son micrófagos sin aparato digestivo, pero con células especializadas (coanocitos) que crean corrientes para filtrar el agua y retener pequeñas partículas alimenticias.
La digestión en invertebrados se produce en dos fases importantes: la extracelular, que ocurre fuera de las células, y la intracelular, que tiene lugar dentro de ellas. En el caso de las esponjas, realizan principalmente digestión intracelular, donde las partículas pasan al interior de los coanocitos donde son digeridas para liberar nutrientes.
💡 ¡Dato interesante! Los cnidoblastos de medusas y anémonas funcionan como pequeños arpones microscópicos que se disparan al contacto, inyectando un veneno que paraliza instantáneamente a sus presas.