Control de la producción y eyección de la leche
La producción de leche está finamente regulada por el cerebro. La dopamina del hipotálamo normalmente inhibe la producción de prolactina, mientras que cada vez que el bebé mama, las señales nerviosas desde los pezones provocan un aumento de 10 a 20 veces en la secreción de prolactina, estimulando la producción de leche.
La leche se produce constantemente en los alvéolos de las mamas, pero no fluye automáticamente. Para que la leche salga, debe ocurrir el proceso de eyección, controlado por la hormona oxitocina. Cuando el bebé succiona, los impulsos sensoriales viajan desde los pezones hasta el cerebro, provocando la liberación de oxitocina, que hace que las células mioepiteliales se contraigan y expulsen la leche hacia los conductos.
La leche materna es especial en su composición. Tiene aproximadamente 50% más lactosa que la leche de vaca, aunque menos proteínas y minerales. También contiene importantes anticuerpos y glóbulos blancos (neutrófilos y macrófagos) que protegen al bebé contra infecciones potencialmente mortales, como las causadas por la bacteria Escherichia coli.
💡 Un dato curioso: la succión de un seno provoca la eyección de leche en ambos senos simultáneamente. Esto ocurre porque la oxitocina liberada en el torrente sanguíneo llega a ambas mamas, provocando la contracción de todas las células mioepiteliales.
Factores psicológicos o la activación del sistema nervioso simpático pueden interferir con la liberación de oxitocina y reducir la eyección de leche, causando hipogalactia (escasa producción de leche materna), un problema común en la lactancia.