Hipertiroidismo: Cuando la Tiroides Se Acelera
El hipertiroidismo ocurre cuando tu glándula tiroides trabaja "a toda marcha", produciendo más hormonas tiroideas (T3 y T4) de las que tu cuerpo necesita. Esto acelera tu metabolismo, afectando prácticamente todas las funciones de tu organismo.
La fisiopatología sigue una cadena de eventos: primero, el hipotálamo libera tirotropina (TRH), que estimula a la hipófisis a liberar TSH. Esta hormona TSH normalmente estimula la producción de T3 y T4 en la tiroides, pero en el hipertiroidismo este mecanismo se descontrola por diferentes causas.
Entre las causas principales encontramos la Enfermedad de Graves (autoinmunitaria, donde se forman anticuerpos contra los receptores de TSH), el bocio tóxico (pequeños crecimientos en la tiroides), la tiroiditis (inflamación), los adenomas hipofisiarios (tumores que producen TSH descontroladamente) o la resistencia a los mecanismos de retroalimentación hormonal.
💡 No confundas hipertiroidismo con hipotiroidismo. En el primero hay exceso de hormonas y todo se acelera, mientras que en el segundo hay deficiencia y las funciones corporales se ralentizan.
Los síntomas característicos incluyen taquicardia, temblores, piel caliente y húmeda, debilidad muscular, pérdida de peso (¡a pesar de comer más!), irritabilidad, fatiga extrema, disminución de la líbido y aumento de la sudoración. El bocio (aumento de tamaño de la tiroides en el cuello) también es frecuente.
Los factores de riesgo incluyen antecedentes familiares, consumo excesivo de yodo, anemia perniciosa, insuficiencia renal o un embarazo reciente. El hipertiroidismo afecta más a mujeres, especialmente entre los 30-50 años, siendo más común en personas de etnia blanca.
El diagnóstico se realiza mediante pruebas de laboratorio como el centellograma y análisis de sangre que miden los niveles de T3, T4 y TSH. Para el tratamiento existen varias opciones: medicamentos antitiroideos (que inhiben la producción hormonal), tratamiento con radioyodo (que reduce el tamaño de la glándula), betabloqueadores (para aliviar síntomas) o cirugía (tiroidectomía) para extirpar la glándula en casos severos.