Circulación en animales
¡Los animales también necesitan transportar nutrientes y oxígeno a todas sus células! A diferencia de las plantas, los animales tienen un aparato circulatorio que transporta nutrientes y oxígeno a las células, y recoge los desechos.
En los animales, el transporte de gases respiratorios (oxígeno y dióxido de carbono) se realiza mediante pigmentos especiales en los líquidos de transporte:
- La hemocianina: una proteína de color azul con cobre, presente en moluscos (caracoles) e insectos.
- La hemoglobina: una proteína roja con hierro que da color a nuestra sangre, presente en vertebrados como nosotros.
Existen dos tipos principales de sistemas circulatorios en los animales:
Sistema circulatorio abierto: el líquido circulatorio (llamado hemolinfa) sale de los vasos y baña directamente los órganos internos en espacios llamados lagunas tisulares. Es como regar un jardín inundándolo. Este sistema lo tienen:
- Los moluscos (caracoles, ostras): con un corazón que tiene una aurícula y un ventrículo.
- Los artrópodos (insectos, arañas): con un corazón en forma de tubo que tiene aberturas laterales llamadas ostiolos.
💡 ¡Imagina que las hormigas y las mariposas tienen un sistema circulatorio muy diferente al tuyo! En lugar de que su sangre esté siempre dentro de vasos, esta baña directamente sus órganos internos.
Sistema circulatorio cerrado: la sangre siempre permanece dentro de vasos (arterias, venas y capilares), lo que permite un transporte más rápido y controlado. Es como un sistema de tuberías bien diseñado. Lo tienen anélidos (lombrices), peces, reptiles, anfibios, aves y mamíferos (¡incluidos nosotros!).