Todo sobre los hongos
¿Sabías que los hongos no son ni plantas ni animales? Son organismos eucariotas heterótrofos, lo que significa que sus células tienen núcleo pero no pueden hacer su propia comida como las plantas. Necesitan obtener energía de otros organismos, igual que tú cuando comes.
Las células de los hongos tienen algo súper cool: una pared celular rígida que los protege. Esto los diferencia de los animales, que no tienen pared celular, pero los acerca a las plantas, aunque su pared está hecha de materiales diferentes.
Los hongos se reproducen de dos formas geniales: sexual y asexual. La reproducción asexual es más rápida, mientras que la sexual les permite crear más variedad genética.
¡Dato curioso! Algunos hongos pueden vivir cientos de años y crecer hasta ser enormes, ¡incluso más grandes que una cancha de fútbol!
Los hongos mutualistas son como buenos amigos de las plantas. Se asocian con algas y plantas para optimizar la obtención de nutrientes. Es como si fueran compañeros de equipo que se ayudan mutuamente a conseguir comida.
Por otro lado, están los hongos saprofitos, que son los recicladores de la naturaleza. Se dedican a descomponer materia orgánica muerta, limpiando el ambiente y devolviendo nutrientes al suelo.
Los científicos clasifican los hongos en cuatro filos diferentes, dependiendo de sus características morfológicas, citológicas y fisiológicas. Esto nos ayuda a entender mejor cómo son y cómo funcionan.